Ya de pequeñito mis padres me llamaban vago. Soy de aquellos que se levantan
a las 7:30 y a las 7:40 bajan a desayunar. Pero a mi juicio no soy tan raro.
Cada vez hay más gente como yo. A mi juicio, más que hacernos vagos a lo largo
del tiempo, nacemos siendo un poco vagos. Por esto prácticamente todas las
empresas están obligadas a fabricar productos para nosotros, los vagos.
Por ejemplo, el mando de la puerta del garaje ¿A quién le apetece bajarse del
coche para abrir o cerrar la dichosa puerta, para luego volver a meterse en el
coche y realizar la acción inversa de lo que ha hecho antes?¡A nadie! .Otro
ejemplo que se me está ocurriendo mientras estoy viendo la semifinal del
mundial de balonmano es el mando a distancia, este instrumento es perfecto,
cuando no tienes a nadie al lado de la televisión para poder cambiarte de
canal. Si el mando a distancia no existiera, los vagos nos habríamos visto en
la necesidad de inventar la escoba a distancia. Pero, claro, estás viendo la
tele y te das cuenta de que te falta lo elemental cuando estás viendo una
película: las palomitas y la Coca-Cola. Para que no se me olvide estos valiosos
productos, los sábados por la mañana decido montar un campamento, en el que
sólo hay Coca-Cola y palomitas. Te estarás preguntando qué hago cuando tengo mucha
hambre. Pues bien querido lector, han inventado la Termo Mix. Ese aparatito que
tienen todas las abuelas. Pues este aparato consiste en meter los ingredientes
que quieras y a la mitad de la película ya te has hecho una buena comidita sin
levantarte del sofá. ¡Increíble! .Otro síntoma de vaguería viene a la hora
de vestirse y desvestirse. Los que somos vagos, nos solemos quitar los zapatos
sin desabrochárnoslos, e intentamos ponernos los pantalones con las zapatillas
puestas. Haciendo esta maniobra tardas más, pero no te cansas.
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